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5/12/12

British Columbia, una joya de Canadá - Recorriendo el Norte

El Yukon nos había dejado una muy buena impresión del Norte Canadiense, pero no teníamos la mas remota idea de lo que seria recorrer el Sudoeste, tanto por la belleza de sus paisajes, como por la interminable generosidad de su gente. A medida que vaya avanzando la entrada, van a ir surgiendo las anécdotas. Me esmere en nombrar algunas interesantes, pero no son ni una décima parte de todo lo que sucede arriba de una bicicleta, todos los días hay algo nuevo que queda para el recuerdo.
 
 



Entramos a British Columbia y la recorrimos de Norte a Sur. Arrancamos al salir de Watson Lake con próxima parada las LIARD RIVER HOTSPRINGS (termas del Río Liard). Camino a las termas acampamos al costado de la ruta en una planicie con unos espacios bastante sospechosos a los que nuestro mas experimentado ciclista declaro "espacios que habían sido ocupados por carpas". Confiando en su palabra, armamos campamento, cocinamos, y nos fuimos a dormir. A la mañana siguiente, Tatan escucho el rugir de una respiración que no le sonaba muy familiar, y al asomarse afuera de la carpa, tenia un búfalo inmenso mirando hacia nuestras carpas. Su mirada nos dejo saber que esos espacios de pasto aplanado no habían sido "carpas", sino "gigantescos búfalos" que no estaban muy felices de vernos. Afortunadamente los veríamos en grupo mas tarde, pero en ese momento pudimos desayunar y desarmar todo tranquilos. Luego de tal experiencia, emprendimos el resto de la ruta hacia Liard River y ahí nos instalamos. Generalmente acampamos en algún lugar cerca de la ruta, pero en el caso de las Hotsprings, las instalaciones están dentro del Campground y termino siendo mas conveniente. El costo por carpa (tentsite) es de 21 U$D, e incluye los servicio de camping, como todo lo que comprende a las termas. Con una buena dosis de suerte, el cielo estaba estrellado, con lo que el baño nocturno en las termas fue un verdadero lujo.

Termas de Liard River a la noche
 
 
Amanecer en Muncho Lake 



Pos duchazo en Muncho Lake

Luego de una noche en el LIARD RIVER HOTSPRINGS CAMPGROUND, nos esperaba Muncho Lake, otro de los tantos escenarios naturales que British Columbia nos quería mostrar. En cada cambio de ruta, cruce, giro, aparece un nuevo espectáculo natural, increíble. Llegamos a Muncho Lake cercano al atardecer, y si bien disfrutamos mucho del paisaje, no seria hasta que despertemos al lado del lago para quedar maravillados con el lugar. Un verdadero paraíso, del color del agua del Mar Caribe, pero enclavado en un valle canadiense. Tal fue el asombro, que no dudamos en sacar del fondo de las alforjas las mallas, y al agua pato!! Claro esta que la temperatura de estos lagos varía bastante de la del agua de una playa en el Caribe, pero se sintió bien un día de playa en medio de constantes montanas. Luego vinieron días de 100 a 130 km diarios de pedaleo, recorrimos lugares como Summit Lake, Fort Nelson y Pink Mountain, en este ultimo una aventura bastante interesante y la prueba de como la bicicleta es una especie de escudo de buena voluntad. Ese día habiamos terminado de pedalear muy tarde en la noche, y estábamos no solo mojados y muertos de frío, pero estresados por pedalear de noche, que luego declararíamos actividad prohibida en lo que queda del viaje. Al llegar a una parada donde en teoría había una estación de servicio, nos dimos cuenta que estaba abandonada y no podríamos cargar agua ni acampar en sus cercanías. En base a esto miramos lo poco que había alrededor y vimos una cabaña recién construida, con una pequeña entrada y su interior por supuesto completamente seco. Como llovía y hacia mucho frío, no dudamos demasiado, y dejando las bicicletas a la vista como señal de que veníamos en son de paz, pasamos la noche secos en la cabaña. A la mañana siguiente, y como llovía mucho, demoramos la partida, y tuvimos la visita de alguien que esperábamos: el dueño de la cabaña. Se acerca a la entrada de la cabaña y nos dice "Hola! Veo que están acampando...en mi cabaña!!", y casi sin dejarnos explicar la historia, entro, se presento junto a su hermano y comenzó una charla que terminaría 6 horas mas tarde en su propia casa tomando un te caliente. Este tipo de experiencias te demuestran el poder de la bicicleta como medio de transporte y como representante del viaje, y sin duda constituyen los mejores recuerdos de toda esta travesía.

El día que conocimos a Ardy
 
 
Luego de Pink Mountain llegamos a Fort St John, nuestra primer parada de descanso casi obligada. Allí vivía Ardy Mc Cay, una excelente persona, que conocimos haciendo dedo una noche en el camino de regreso del festival Artwells que mencione en la entrada anterior. El día que nos conocimos, veníamos caminando a la noche buscando un lugar donde acampar en las afueras de Dawsons Creek, una ciudad a 100 kilómetros al sur de Fort St John. Era parte de nuestra ruta de regreso hacia Whitehorse (Yukon) donde habíamos dejado las bicis. Ya casi dados por vencido, veníamos caminando al costado de la ruta y se nos acerca una camioneta, baja el vidrio, y nos dice "parece que necesitan un aventón... hacia donde van?", a lo que respondimos "hasta Whitehorse, asique cualquier lugar antes nos queda perfecto". Cargamos todas nuestras cosas en la parte trasera de su camioneta y emprendimos camino hacia el Norte. Charla va, charla viene, nos cuenta que el era padre soltero y que estaba a regresando a su casa luego de dejar a su hijo en casa de su ex mujer. Luego de ese comentario nos dijo "tengo la casa para mi solo, no quieren quedarse a dormir? Seguro deben tener que buscar un lugar donde dormir verdad?", a lo que sin dudarlo aceptamos y terminamos sin saber generando una amistad muy interesante con Ardy. Al día siguiente seguimos nuestro recorrido hacia el Norte, con la promesa de regresar x la misma ruta y pasar un fin de semana en su casa, para conocer a su hijo, Beckum. Al regresar, pasamos un fin de semana completo en su casa, que incluyo noche de parranda, asado en el lago y pesca!!! Se siguen sumando historias al libro y solamente es el comienzo...

Así terminamos nuestra estadía en Fort St John

Luego de un fin de semana genial en casa de Ardy, seguimos hacia nuestra nueva parada: Prince George. Para llegar allí debíamos cruzar Chetwynd (capital mundial del tallado con motosierra...) y algunos puestos intermedios. Tomamos una ruta alternativa llamada Braden Road que nos permitía ahorrarnos de pasar Dawson Creek y hacer nuestro viaje mas directo hacia destino. Llegando la noche, nos acercamos a pedir agua a un campamento petrolero de SHELL donde nos esperaban mas sorpresas. Al tocar la puerta sale la cocinera del campamento y nos invita a pasar al comedor a servirnos el agua. Al llegar allí, nos pregunta si habíamos cenado, a lo que respondimos que no, y que el agua seria para cocinar entre otras cosas. Fue ahí cuando vemos un buffet servido inmenso, y nos dice la cocinera "entonces sirvanse todo lo que puedan, porque mañana mudamos el campamento y esa comida no va a comerse". Casi en shock, llenamos unas cajas de telgopor y terminamos acampando a 30 mts de allí, ya que la cantidad de comida era interminable e incluía carnes, vegetales, y muchas cosas que nos maliciarían x un rato!!! Quizás parezca exagerado, pero la dieta del cicloviajero es bastante limitada!!! Buena onda!!!

Las cocineras del Shell Camp merecían una foto!!!

Al despertar al otro día, esperamos a que terminen de mudar el campamento  y arrancamos hacia Chetwynd. Llegamos cerca de la caída del sol y nos dirijimos hacia el "Red Lyon INN" una combinación de restaurant y hotel, que tiene 2 habitaciones que ofrece como refugio (SHELTER), que en principio uno lo subestima por la idea que uno tiene de este tipo te alojamiento, pero la verdad resulto ser un lugar espectacular, dos habitaciones en perfecto estado, un baño reluciente donde tomar una ducha caliente y como si fuera poco podes desayunar, almorzar y cenar en el restaurant completamente GRATIS. Recomiendo usar esta opción en ciudades pequeñas de Canadá, ya que generalmente todos los Shelters están en muy buen estado (difieren mucho de la idea de un refugio para borrachos) , y no requieren previa reservación ni nada.

Antes de partir de casa de Eric

Luego nos dirigimos hacia Prince George, lugar donde descansaríamos un par de días, en casa de nuestro amigo rutero Eric Koram. Le digo amigo rutero porque lo conocimos pedaleando, en Destruction Bay, en el norte del Yukon Territory. Eric, con 50 años, se había subido a la bicicleta como curiosidad, y porque su hija lo había desafiado diciendo que no haría ni 2 cuadras. Su promedio de km diarios termino siendo 150km, lo cual era inclusive superior a lo que nosotros podíamos hacer, por lo cual espero el sirva de inspiración a muchos que dudan en hacer un viaje de estas características. Lo conocimos en una estación de servicio, y casi nos hizo prometerle que nos quedaríamos en su casa en nuestra pasada x Prince George. Persona de gran corazón, pocas palabras, y mucha intensidad para hacer las cosas, con la que disfrutamos de 3 días a pura risa.


Así cierro el capitulo "British Columbia Norte", con algo de los recorrido y las anécdotas que considero mas interesantes. Me resulta importante mezclar las bellezas naturales del lugar con su gente. Creo que un buen paisaje no seria nada si no esta acompañado por alguien que se ponga a la par. Este viaje te hace replantear el hecho de si uno tiene demasiada suerte, o es realmente verdad que las buenas energías irradian ondas positivas, y todo eso se traduce en grandes encuentros e historias, o si todo es parte de múltiples coincidencias. Para un ex escéptico de todo lo "mágico" como yo, todo esto es nuevo, y no deja de alucinarme momento a momento.

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