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6/3/13

Recorriendo la Costa Pacifica de México: Colima, Michoacan, Guerrero y Oaxaca

Este es el trayecto de México en el que mas estados crucé empezando por Colima, luego Michoacán y Guerrero, para finalmente llegar a Oaxaca. Dividí el pedaleo en dos tramos, primero de Pascuales hasta Acapulco y luego desde Acapulco hasta Puerto Escondido.


Para ubicar los estados, sino se vuelve Chino básico lo que escribo

Despedida en Pascuales y arranque hacia Acapulco (652 km)

Luego de múltiples jornadas gastronómicas y ser severamente malcriado x mi amiga Belén, y disfrutar de la compañía de Mica y Agus, hicimos mi despedida en Pascuales y seguí viaje. 
Como arranqué cerca del atardecer, no pude avanzar muy rápido, por lo que decidí acercarme al Surf Hotel de Paco a preguntar por un lugar para acampar en playa boca de pascuales. Allí conocí a Lulin, Yiyi, Lala y al famoso  Paco, dueño del hotel. Entre charla y charla terminé recibiendo su invitación a quedarme en el hotel para recargar pilas para seguir mi viaje al día siguiente. Me hicieron sentir como en casa, desde ya mi más sincero agradecimiento hacia todos ellos. No olviden visitarlo si visitan esta playa, aquí se alojó el mismísimo Andy Irons entre otros surfistas profesionales.

Paco's Surf Hotel - Playa de Pascuales, Colima

Desperté temprano para seguir viaje hacia el sur x la ruta México 200. Debía regresar hacia Tecomán unos 12 km y desde ahí tirar hacia Acapulco, mi destino final de esa semana. 

 Mientras pedaleaba la bici senda hacia Tecomán me cruce con Juan, quien luego de saludarme, me alcanzo unos kilómetros más adelante y comenzó a "platicar" conmigo. Era oriundo de Tecomán y sería mi guía para conseguir una tienda Oxxo y salir de la ciudad. Si bien soy partidario de gastar mi dinero en pequeños almacenes locales, mi amigo Carlos Sherman en Guadalajara me obsequio unas tarjetas de recargas de café de Oxxo que no podría desperdiciar jamás. Así fue como camino a la tienda y en medio de la charla con Juan  el descubre que yo intentaba desayunar y justo al pasar x su casa me invito a desayunar con su familia, haciendo que mi plan de entrar temprano en las pistas se diluyera en un segundo, ya que este tipo de experiencias son lo que hace a los viajes algo especial. 

Desayuno de campeones, Tecomán, Colima

Entramos a la casa y podía ver la cara de desconcierto de todos cuando Juan me anuncia como su amigo, con lo cual me convertí en una especie de invitado de honor, lo cual me hizo "merecedor" de un tremendo plato de carne guisada con elote acompañada x arroz con crema y nopalitos. Sumado a todo esto, el café que buscaba en un Principio, que quedo desplazado a otro plano de importancia cuando probé el primer bocado de mi tremendo desayuno. Allí conocí a la madre, padre y abuelo de Juan, familia de fotógrafos profesionales, tres generaciones capturando los buenos momentos de Tecomán. Luego de que su padre me contara de las bondades de Colima, su abuelo me contaba una y otra vez sus tiempos como ciclista. Así pase 2 horas en su casa, intercambiando historias y siendo halagado x mi travesía, la cual yo veo de manera bastante humilde y a veces es impresionante escuchar tantos halagos. Finalizamos el encuentro con una fotografía familiar, un fuerte abrazo, y la voz quebrada del abuelo que me dijo " fue un honor conocerte". El honor, es completamente mío en conocer la grandeza de la gente en encuentros como este que confirman una vez más la cantidad de gente buena que hay en este hermoso planeta. Desde ya mi más sincero agradecimiento hacia ellos y mis deseos de reencontrarnos


Familia Villa en Tecomán, Colima

Me subí a mi corcel y finalmente emprendí mi camino hacia el sur como planeaba. El calor costero y la vegetación tropical le dieron un buen tono veraniego al día y con ello y todo pude tirar unos 120 km, un muy buen día considerando mi arranque tardío.


 Salí de Colima y entre en Michoacán, donde cerré el día en Maruata, una pequeña comunidad costera, de origen indígena, y muy interesante de conocer. Maruata es junto a otras localidades considerada un santuario natural, ya que es lugar de conservación para las tortugas marinas, que por las condiciones del lugar desovan casi a diario en sus playas. En las mismas termine mi tarde, con un baño en el mar espectacular, viendo a los locales cerrar su día de pesca, los pelícanos haciendo sus últimos intentos y viendo el sol caer detrás de las piedras, dada la ubicación de Maruata respecto al sol. Cuando el sol se escondió, me acerque a la enramada donde estaba mi bicicleta y recibí una invitación difícil de declinar: unas tostadas con ceviche de pescado y una coca cola fría. Así conocí a Manuel y Rocío que originarios de Zacatecas, se encontraban de visita en la zona. 

Cena en Maruata

Pasamos largas horas de interesantes charlas que sumadas a la exquisitez del ceviche cerraron un día de Oro en mi viaje. Dormí en carpa bajo la enramada con el ruido del oleaje como fondo entrando en un sueño casi de hipnosis. Por la mañana desperté y me encontré con el siguiente escenario...


Buenos días Maruata! Qué maravilla!!! Me pegue un baño en el mar, camine la playa, luego otro baño en el río. Me cambie y luego de dejar mis saludos a Manuel y Rocio, subí a mi corcel y volví a las pistas. Me esperaban 70 km de puras subidas, un calor súper intenso, y mucha concentración para evitar un encuentro con un auto en las curvas. Con esto y todo, llegue a Caleta de campo, un pueblo pequeño también costero donde permanecí en un abarrotes cercano al final del pueblo y donde dormiría en teoría al cerrarse el negocio. De día todo era normal, los niños súper curiosos me preguntaban una y otra vez sobre mi historia, los vecinos se acercaban, una escena que ya conocía. Al caer la noche todo cambio: la curiosidad era saber cual era mi propósito en el pueblo, casi proponiendo que era un "espía" del "otro bando". Recordé que me habían comentado que en Michoacán habían algunos problemitas civiles, por lo que evite ser parte de cualquiera de ellos, y conseguí una habitación por un precio muy decente donde descanse a gusto. Allí caí un poco de mi "nube" en la que todo era de ensueño y debía estar un poco más alerta. También, reconocí el error de no haber llegado con el ayuntamiento local o mismo la playa que siempre me brinda alguna solución "mágica". Al otro día desperté, me bañe, agradecí a los dueños de la tienda de abarrotes x dejarme guardar mi bicicleta en su negocio y partí de nuevo al sur. 

De Playa Azul a Cárdenas bajo el Sol del mediodía

Bicisenda Playa Azul - Lázaro Cárdenas

El día fue muy similar a todos, terreno irregular y mucho calor. Poco a poco di en la tecla con el cálculo del agua, y surtí mi necesidad de algo fresco con agua de coco helada, que a menudo es ofrecida por locales al lado de la ruta.Un dato interesante de este trayecto que incluía a Playa Azul y Lázaro Cárdenas (uno de los puertos mas grandes del país) es la bicisenda entre una ciudad y otra que completamente libre de automóviles y camiones hace al viaje mucho mas descontracturado y permite ver el entorno que recorre casi x la costa del mar todo este tramo. Pase ambas ciudades y seguí viaje al sur con la intención de llegar lo mas lejos posible y acampar en un pequeño pueblo, en lo posible en la playa.


Coco helado, un snack de lujo bajo el sol

Así llegue a Los llanos, 50 km después de Cárdenas  un pequeño pueblo vecino a la playa de "La Saladita". Al consultar en el pueblo la distancia hasta la Saladita fui informado que la encontraría a 2 km de distancia. Un poco incrédulo fui hacia esa dirección sabiendo que la playa seguro contaba con algún lugar para acampar. Luego de 5 km todavía la playa no llegaba y comenzaban a verse diferentes carteles que salían de la ruta, lo cual me haría casi adivinar donde podría llegar a encontrar un buen lugar. El desafío era llegar a un lugar seguro antes del anochecer ya que el sol seguía cayendo. Finalmente me encontré con una fila enorme de propiedades frente al mar, todas construcciones de una calidad muy superior a lo que se podría ver en el pueblo  y muy similar a lo que había visto en el sur de la Baja California. Me acerque a preguntar a una casa x un lugar donde acampar y allí conocí a Angie y a John. Ambos californianos, estaban de vacaciones con sus hijos y amigos, y quienes luego de escuchar mi historia me invitaron a acampar en su jardín con vista Al mar. Esta casa como las vecinas, eran todas casas de dueños americanos y para vacaciones. Estaba frente a una ola súper larga y pequeña, muy buena para quienes buscan un surf recreativo y tranquilo, plan al que me hubiera sumado si planeara quedarme. Compartí una exquisita cena con toda la familia, al igual que un desayuno por la mañana. Dormí unas 10 horas de corrido generando una buena dosis de energía, que junto a un buen tazón de avena que me invitaron John y Angie, fueron motor para mi día más largo de pedaleo en lo que va del viaje. Me despedí de John y a Angie quienes salieron temprano a surfear y luego de Alicia y Alfonso, que eran los caseros y con quienes también compartí una grata charla. 


The Tecklins: John, Angie, Jude, Cooper y Noah

Los primeros 50 kilómetros fueron muy tranquilos hasta Zihuatanejo, una playa ya consagrada dentro del turismo internacional y x ende ya una ciudad desarrollada a su alrededor. Entre a recorrer su malecón y seguí hacia el sur porque mi destino era llegar el fin de semana a encontrarme con mis amigos Víctor y Gaddiel que venían de la Ciudad de México y Toluca  a visitarme. Tuve una gran dosis de energía durante el día y logre hacer 120 km más, completando un total de 170 km en total, un récord total hasta la fecha.  No es costumbre hacer días tan largos pero así lo sentí y no fue en vano. Esa noche llegue al pequeño pueblo de Nuxco, el cual me lleno de buenas vibras y me regalo grandes momentos, incluyendo múltiples bromas y charlas. Entre a Nuxco con el sol cayendo a mi derecha y ya decidido a buscar mi lugar de acampe. Frene a tomar algo fresco en el primer abarrotes ( almacén o despensa) disponible y consulte x los posibles lugares donde acampar. Ahí conocería a la comisaría del pueblo, quien me indico que debía estar resguardado x la noche y me permitió la comisaría para ubicarme, un lugar parecido a una oficina administrativa más que a un calabozo como todos imaginarán al leer. Justo en frente estaba el negocio de agroquímicos de Eduardo, alias "el negro murga", y en donde había una explanada que era el punto de reunión del pueblo. Allí pase toda la noche a pura charla y anécdotas, un pueblo muy interesante. 


Con Eduardo "El Negro Murga"

Pasada la noche cerca de las 7am oigo un grito que decía " Nicolaaaas! Ya te amaneciste??? Con lo el cual arrancaría mi día! Y seguido "Ven!!! Mis camaradas te quieren conocer!!!". Afuera me esperaban todos los amigos de "el negro", que se iban a trabajar a los mangos y que me hicieron prometer que luego pasaría a saludar x el almacén donde una vez cosechados los mangos se ponen en cajones para la venta. Fui al mercado local, donde pase de ser " el gringo" al "argentino en bicicleta" luego de explicar de donde y cómo venía. Si uno no se ve ofendido por la calificación, les aseguro que es muy interesante ver el cambio en el tono de la conversación cuando uno cuenta como y de donde viene, personalmente lo estoy alucinando. 


Enrique: Próximo rider de Nuxco

Compre mi desayuno, me lo comí, salude a mis nuevos amigos y luego me fui a cumplir mi último compromiso, que era pasar x el almacén de mangos. Allí me dotaron de una importante cantidad de frutas de regalo y con una foto popular me despedí de ellos. Nuxco será otro de esos pueblos descubiertos en mi viaje que se queden grabados en mi mente y corazón para siempre.

Con la muchachada en el almacén de Mangos en Nuxco

Me quedaban 110 km a a Acapulco que podía hacer con tranquilidad ya que encontraría a mis amigos x la noche y contaba con todo el día para pedalear. Llegue cerca de las 6 de la tarde, un buen momento para cruzar todo Acapulco, un lugar ya hiperdesarrollado en cuanto a turismo y población. A mi me tocaba llegar a punta diamante, para lo cual debía subir la ruta panorámica, la cereza del postre de mi recorrido x Acapulco: 3 km de pura subida y zigzag!!! Luego de recordar a la madre de hasta el mismísimo fundador de Acapulco, termine mi día con una extensa bajada que me llevaría a la plaza comercial donde quede en encontrarme con mi amigos. Tome un café, me contacte con mi familia ( en especial mi madre que era su cumpleaños) y así se hizo la hora del encuentro. Como todas las amistades, cada reunión pone una firma más en el libro, y refuerza la misma a base de buenos momentos. Pase un fin de semana poniéndome al día con ellos ya que llevábamos varios años sin vernos y aprovechamos el sol en playa y piscina.

Mis amigos Gaddiel y Victor


Tuve la oportunidad de degustar el "pescado a la talla", que en este caso fue un "huachinango" o :Red Snapper" de 3 kilos, el cual se abre a la mitad, se adoba abundantemente, y se tira sobre las brasas para asarse. 




De más esta decir que comí como si no hubiera mañana, recargando pilas para todo mi próximo recorrido, Acapulco - Puerto Escondido.




 El domingo x la noche fuimos a ver a los clavadistas, uno de los espectáculos más tradicionales de Acapulco. La tradición lleva casi 70 Años y es pasada de generación en generación. Personalmente lo que mas me sorprende es la manera en que suben los 35 metros de cornisa caminando naturalmente x la piedra sin arnés ni cuerdas de seguridad. No quito mérito a los clavados, que cerraron con un salto mortal y medio a oscuras y con antorchas prendidas desde 35 metros de altura!

La montana iluminada antes de los saltos 

Lo que logre rescatar de un salto!!!


El lunes 21 de febrero x la tarde abrazo de x medio partí para comenzar mi próximo paso en el itinerario, 390 km para completar Acapulco a Puerto Escondido. 

2do tramo - Desde Acapulco (Guerrero) a Puerto Escondido, Oaxaca (390km)

Seguí viaje hacia Puerto Escondido, donde me encontraría con mis compás de viaje Franky y Tatán. Las dos primeras paradas fueron San Marcos (50 km) y Cuaji (150km) (diminutivo para Cuajiniquilapa) donde me dieron asilo en el ayuntamiento de la ciudad en ambos casos. 


 Plaza de San Marcos

Ayuntamiento de CUAJINIQUILAPA


Llevaba 200 km cuando salí x la mañana del miércoles rumbo al sur, y al salir de Cuaji casi x accidente me término sumando a la peregrinación ciclista de ometepec a juquila, la cual lleva 21 años haciéndose. 


La misma es organizada x Rafael Ramírez Clemente, quien me invito a participar de la misma, y me dio el gusto de pedalear sin alforjas, ya que las mismas serían transportadas x los autos que brindan asistencia a la peregrinación. Junto a 33 personas pedaleamos 120 kilómetros, haciendo múltiples paradas, intercambiando historias y haciéndome lentamente parte del grupo. Por la noche descansaríamos en Santa Rosa, en casa de unos amigos de la peregrinación que ya llevaban años dándole asilo  grupo en su pasada por el pueblo. 

Arranca la pedaleada


Ciclistas de la Peregrinación Ometepec - Juquila 2013

En mi último día, arrancamos a pedalear a las 5 am alumbrados por los autos que asistían al grupo x 20 km. A las 6 am se hizo  un descanso en una estación de servicio ubicada justo antes de la intersección donde se sube hacia las montañas en dirección Juquila. Allí me separe del grupo, ya que yo seguía rumbo a puerto escondido, siempre x la costa. Saludé a todos, agradecí enormemente la oportunidad de poder pasar  el día pedaleando con ellos, y me propuse terminar los 70 km con los que llegué a destino. 


Paisaje Tropical y Rural


Cerca de las 9.30hs ya estaba en Puerto Escondido y buscando la Punta de Zicatela donde me esperaban Mari y Fran. Mi otro compa de viaje, Tatán Espina, estaba como PRENSA en el abierto de tennis de Acapulco por lo que lo veré en unos días.

Este encuentro marcó el fin de una linda etapa de pedaleo en México (1800 km), y el comienzo de un descanso de un mes aproximadamente, donde viviremos el mar y seguro exploraremos las bellezas que tiene el estado de Oaxaca para ofrecernos. 



Desde la Punta de Zicatela y reunido con Franky, Marita, mi madre y los amigos de "A trip South", me despido y deseo Buena senda para todos!!! Hasta la próxima entrada!!!