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11/3/14

Cashai la wevada weon!!! Carretera austral...


Bienvenidos a Shhhhile!!! Luego de un período de recuperación para algunos de los compas de equipo en Trevelin en la Estación de Bomberos Voluntarios, decidimos hacer los 30 km que nos separaban de la frontera Argentina - Chile y llegamos a la ciudad de Futaleufú. Entramos en horas de la tarde y luego de 10km de paisajes increíbles desde la frontera hasta el pequeño y pintoresco pueblo de Futaleufú, encontramos donde poner las carpas y luego de una rápida cena nos dormimos. Ese fin de semana se celebraba el "Futafest", un festival de Kayak y Rafting, que trajo gente de todo el mundo a esta, una de las capitales del rafting de alto calibre. Para evitar demoras en nuestro nuevo itinerario, decidimos no pasar por la fiesta de fin del evento, generalmente nos tropezamos con alguna bebida de cortesía y se dilatan los plazos de salida!!!

Carretera Austral

Nuestro objetivo es cubrir 978 km de Patagonia Chilena, subiendo desde Futaleufú hacia la Carretera Número 7, mejor conocida como la Carretera Austral. Desde el poblado de Santa Lucia bajar vía La Junta, Puyuhuapi, Fiordo Queulat, Amengual, Villa Maniguales, y Coyaique como cierre de la primera etapa. La segunda será desde esta última ciudad, pasando por Villa Cerro Castillo, Puerto Río Tranquilo, Puerto Bertrand, Cochrane, Tortel, y por ultimo Villa O'Higgins para cruzar en Ferry y llegar a El Chaltén, de regreso en Argentina.

 Despertar en Futaleufú

Al despertar, desarmamos rápidamente y salimos a las pistas. Volvimos al ripio, en un camino con constantes desniveles, surcando ríos y arroyos, y deslumbrados por la belleza de la flora de esta zona, algo muy diferente de nuestra extensa estepa patagónica. La cordillera no está muy lejos del mar, por lo que los valles se angostan y los escenarios se renuevan constantemente, teniendo que tener un balance muy importante entre el control de la bicicleta y mirar hacia todo ángulo posible para disfrutar todo al máximo. Los primeros días hicimos Futaleufú - Puerto Ramirez - La Junta - Fiordo Queulat.

 Llegando a Futaleufú

 Ríos de agua azul todo el camino

Los primeros kilómetros todo fue disfrute, pero desde Santa Lucia en adelante sufrimos las consecuencias de la carretera en construcción: un ripio gigante que hacía el camino una tortura y una amenaza para las bicis. Una polvareda constante en suspensión por el rápido andar de autos y camiones puso nuestro ánimo a prueba, pero nuestras paradas intermedias a acampar en bosques y fincas reparaban cada noche con un cielo estrellado el fastidio del andar del día.


 Postales de la Carretera Austral

 Un duro ripio nos acompaña buena parte del camino

Pasado Puyuhuapi ya estábamos en el Parque Nacional Queulat, donde nos encontraríamos nuevamente con Tatán y Cande en la entrada al Ventisquero Colgante, atracción natural y turística por excelencia de la zona. Allí armamos nuevamente un equipo de 4 y seguimos viaje hacia la base de una cuesta muy conocida, llamada "La Cuesta del Qeulat". Es un gusano de 6km con mucha pendiente entre los bosques mas tupidos y los caminos mas estrechos que transitamos en esta zona, que tiene por recompensa una bajada de otros 6 km hasta la base del camino pavimentado que te lleva a Villa Amengual. En la base del Fiordo Queulat, acampamos dentro del Queulat Lodge (www.queulatlodge.com) donde gentilmente Patricio, su dueño, nos dió un espacio para pasar la noche. Al otro día arrancamos con un chapuzón ya que el margen del río había subido y debíamos cruzar el agua para seguir camino.






El sol que nos acompañaba nos abandonó por el día completo, pero nos dejó una fina lluvia que si bien bajó mucho la temperatura, asentó todo sedimento sobre la ruta. Así pudimos disfrutar de los bosques que recorrían toda la Cuesta y matar de raíz un monstruo que a esta altura no nos genero mayor desafío. Al llegar a Villa Amengual decidimos dejar lo natural de lado y nos facilitaron el Gimnasio Municipal para descansar, lo que evitó seguir mojando todo el equipamiento.

Saliendo de Amengual pasamos directo a Villa Mañiguales, donde un buen cristiano de nombre Jorge, provee con una casa bajo el nombre de "El Cazador de Ciclistas". Con un flujo de casi 300 ciclistas por temporada, ya está totalmente institucionalizada la parada y es base para intercambiar información con viajeros yendo al Norte y al Sur. Confluyen múltiples itinerarios, nacionalidades e historias.


 Tuve el privilegio de hacer un costillar asado en el patio de la Casa del Ciclista, que disfrutamos junto con Alain (Francia), Stephanie (Canada), Sarah y James (Inglaterra), Devin (EEUU), Juliet y Francisco (Chile), y el team Argento conformado por Tatán, Cande y quien les escribe. Decidimos descansar por un día completo y comenzar nuestra tan ansiada actividad paralela al ciclismo: la pesca. Reciclamos una caña de pescar junto a Alain, y salimos junto a Tatán y Devin al Rio Mañiguales, donde hicimos nuestros primeros pasos en lo que será nuestro nuevo hobby abajo de la bicicleta. Representando la costa oeste estadounidense, más precisamente a Oregon, nuestro compa Devin abrió la temporada con una respetable trucha arcoiris con la que acompañamos la cena de esa noche. Para cerrar, el postre lo hizo Stephanie, para celebrar el cumpleaños de Andrew Flansaas, nuestro amigo de Juneau (Alaska) que es parte del equipo de "A Trip South" con quienes nos encontramos de manera intermitente desde México hasta la fecha. Junto a él llego Kanaan, un jugador de primera linea con quien cerramos otra noche de grandes personajes del cicloturismo.

Asado de cicloamigos en La Casa del Ciclista de Mañiguales

Luego de un buen día de descanso, y dos noches de celebración, seguimos rumbo sur hacia Coyaique. Esta seria la última ciudad "grande" por la que pasaríamos antes de emprender la segunda mitad del viaje, bastante mas "salvaje" que lo que ha sido esta primer etapa. Habiendo dos opciones, una de 70km por camino de ripio y otra de 90km pero de pavimiento, optamos por la segunda. De esta manera uno se relaja del camino y puede aprovechar de disfrutar el paisaje, que trae una postal atrás de otra. El camino tiene cantidades de frutales que rebalsan de ciruelas blancas, ciruelas rojas, y manzanas. Si no están a disposición del viajero, basta con consultarle a algún paisano si uno puede hacerse de un poco de fruta para energizar el camino, con respuesta afirmativa en un 100% de los casos (mi experiencia). Mi camino fue interrumpido por tener que regresarme a Villa Mañiguales, ya que había olvidado mi rompevientos en casa de Jorge, pieza fundamental para los días que siguen que prometen ser fríos, ventosos y lluviosos. Así sumé 40km a los 90km originales, cerrando un día de 130km que me dejó completamente agotado.

Casa del Ciclista de Boris Ojeda en Coyaique

 Al llegar a Coyaique, nos esperaba otro fenómeno de la ruta: Boris y su joven Casa del Ciclista. Boris decidió el año pasado hacer un viaje en bici por Chile, Argentina y Uruguay, del que regreso con la genial idea de facilitar su casa a los viajeros de paso. Con un éxito inmediato y con Jorge como principal Canal de difusión, recibe todo ciclista que viaje al Norte o al Sur de la ciudad. A mi llegada eramos nada mas ni menos que 15 ciclistas, repartidos entre el piso de su comedor y un jardín lleno de carpas. Nos volvimos a encontrar con nuestros amigos Chilenos Juliet y Francisco, y nos encontramos con nuevos compañeros de aventuras, entre los cuales estaban Sung Jong y Shon Ji-Hyun, una pareja de Coreanos que convirtieron su Luna de Miel en un viaje de cicloturismo alrededor del mundo que les llevó los últimos 7 anos y todavía siguen en camino. Otro lugar recomendable de descanso y reparación de equipamiento, ya que más adelante no habrán mas negocios donde encontrar repuestos ni hacer grandes reparaciones. Un dato no menor, es el Sr. Madrid, que a escasas 4 cuadras de la Casa del Ciclista hace soldaduras de aluminio, habilidad no muy popular a lo largo del camino. En mi caso acompañé a mis amigos Koreanos en tarea de traductor ya que no hablaban nada de Español. Con precios accesibles, repararon varias roturas en el equipamiento de mis compas y de paso hicimos mas sólida la parrilla trasera de la bici de Devin que venia tambaleando.

Cerramos una primera etapa de 420km excelentes, llenos de encuentros, paisajes, y contacto con la naturaleza. Volver a acampar en lo salvaje, despreocuparse de los problemas que azotan las grandes ciudades, y disfrutar de la espontaneidad de los habitantes de la zona y sus buenas costumbres de campo. Ahora a prepararse para un camino un poco más salvaje hasta llegar al Ferry de Villa O'Higgins. Buena senda!!!

1 comentario:

  1. Hola chicos !!!!
    Que buen relato !!
    Esperamos que estén muy bien y la vida después del viaje sea lo que esperaban, y mucho más, y que todos los proyectos que fueron tejiendo mentalmente al pedalear se cumplan !
    Un abrazo de Francisco y Juliette desde Santiago

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