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14/10/13

Ecuador, improvisando caminos

Postal de bienvenida a Ecuador desde Tulcán

Este país empezó con el final del anterior. Habiendo transitado los últimos 3 días de paro agrario nacional en Colombia, a ultima hora del jueves 29 de Agosto, crucé el puente Internacional Rumichaca, y entré a la ciudad de Tulcán ubicado casi sobre la frontera Ecuatoriana. Ya atardecía y llegué a la estación de mis amigos los bomberos, cené, me pegué una de las mejores duchas calientes del viaje, y cerré la jornada en paz. 
Al despertar regresé al ruedo e hice mis primeros buenos kilómetros en este país  recorriendo 130 hasta la ciudad de Ibarra, donde descansé junto a la Laguna de Yahuarcocha. Allí  ya estando un poco cansado decidí quedarme 2 días luego de la invitación de mi amigo Everth Trejo para recuperar el cuerpo en la Estación de Bomberos  y seguir viaje. Para mi sorpresa, mi anfitrión Everth es entrenador de perros y amigos de mi paisano Jorge “El Bocha” Ceballos, que ya es conocido a nivel mundial por dar entrenamiento a perros de rescate. Debo decir que siempre es un orgullo escuchar buenas cosas de un paisano, en especial alguien a quien uno conoce personalmente.

La cabra preparada para un poco de entrenamiento con los perros

 Aproveché a hacer algunas averiguaciones en cuanto a lugares para visitar y fuí alimentando dudas de algunos itinerarios alternativos que ocupaban mi cabeza. También  a esta altura tenía decidido ir ganando terreno para sumarme a otros compas que venían mas abajo, pero eso requería de mucho esfuerzo físico y pasar de largo lugares, por lo que iba evaluando la situación poco a poco.
Luego de mi excelente descanso en Ibarra, pasé por la tradicional ciudad de Otavalo, donde todos los sábados acontece uno de los mercados de artesanías mas grandes del país  Convencido de que era una ciudad pequeña y dedicada a las artesanías, me llevé un poco una sorpresa al ver una ciudad completamente desarrollada, y con artesanías que incluían hasta bufandas del Fútbol Club Barcelona con una inscripción de “Messi” en ellas. Si bien no era Sábado  quería nutrirme un poco de la esencia local, pero al estar de paso eso no podía percibirlo. No por esto desmerezco el progreso de la ciudad y hasta me alegro que lo sigan haciendo. Di una vuelta por la plaza principal, luego la Plaza de los Ponchos y desde allí regrese a la Panamericana para ir rumbo a Cayambe.


La mitad del mundo en Sudamérica

Allí esta el reloj solar que hace de monumento a la Mitad del mundo (aunque hay otro fuera de lugar mas cerca de Quito) atendido por la gente del proyecto Quitzato, un emprendimiento de carácter académico dedicado al estudio astronómico de generaciones anteriores. Ese día descansé en la ciudad de Cayambe, y luego hice mi pasada por el monumento mencionado antes de ir hacia la ciudad de Tumbaco, a unos 20 km de la ciudad de Quito. Un suburbio de casas de fin de semana que poco a poco va volviéndose parte de la gran ciudad. A la altura del pueblo de “El Quinche” me subí  a una ruta alternativa que recorre la antigua vía del tren. La misma se utiliza mucho para el Mountain Bike, especialmente en el tramo cercano a la ciudad de Quito. La misma me llevaría a Tumbaco, donde funciona la Casa del Ciclista de Santiago Lara. La única data con la que no contaba era que no llovía hace varios meses y la cantidad de tierra suelta en la ruta la hizo agotadora. Unos 30 cm de tierra suelta hacia que en sectores se hunda la bicicleta en medio de la nada misma, obligándome a caminar junto a ella hasta pasar ese tramo. Así se fuE sucediendo la ruta hasta que mi fastidio me hizo entrar en razón, regresé en un cruce a la Panamericana y previo sacudón  de los kilos de tierra que me habían “empanizado” el cuerpo, y una Coca Cola helada de litro, hice los últimos pasos y me ubiqué en la famosa Casa del Ciclista de Santiago Lara. 

Antigua ruta del tren hacia Tumbaco desde "El Quinche"

Entendiendo a mi necesidad de descansar y hacerle un service a mi queridisma Cabrita (mi bicicleta), me entregué un poco a la situación familiar de la casa de Santiago Lara, donde hace 23 años junto a sus dos hijas y esposa reciben a los cicloturistas del mundo para compartir comidas, historias, anécdotas y mucho mas. Al principio seguía en la rosca de moverme rápido, y hacia mis investigaciones diarias en internet para ver como seguiría. Poco a poco fue llegando gente nueva, se iba la vieja y quedé como anfitrión de la casa. Ese papel requería explicar las reglas de la casa a los nuevos viajeros, ubicarlos e instantáneamente hacer nuevas amistades. Así empecé a disfrutar mucho de recibir a la gente y de formar parte de una familia que me había adoptado como uno mas.

De izq a der: Tincho, Juan Manuel, yo, Santiago Lara, Ana Lucia Lara, Irene, Mica Lara

 Los días en Tumbaco se sucedieron entre desayunos y almuerzos suculentos, y algún que otro asadito nocturno para satisfacer el vicio Argentino que venía pidiendo auxilio hace rato. También tuve algunos encuentros fortuitos, en los cuales fui conociendo nueva gente que motivaría mi cambio de planes. Andy (Escocia) volvía a las rutas luego de un accidente donde quebró su clavícula,  Tincho e Irene (Argentina) comenzaban un nuevo viaje juntos hacia el Norte, mi amigo Irlandés Billy me alcanzo y compartimos una visita a la ciudad de Quito y Kim (Korea) junto a sus gemelos de 6 años hicieron su paso luego de comenzar su 4to año en ruta. Las charlas interminables ocuparon los días que parecían pasar cada vez mas rápido.

Kim (Korea) y los gemelos, un encuentro fortuito y de gran aprendizaje

En una reunión nocturna a la que fuí invitado por Ana Carolina (hija de Santiago) y su novio Camilo, conocí a Santiago Salazar, un guía de ecoturismo especializado en Avistamiento de Fauna. El me relaciono con la Comunidad Anangu, quienes gerencian hace 23 años un proyecto de Turismo Comunitario llamado Napo Wildlife Center, y hace unos 2 años comenzaron uno llamado Yasuní Ecolodge. Esa semana tuve una entrevista con ellos y fui invitado a pasar 3 días en la comunidad, aprendiendo sobre su cultura y conociendo la Selva desde sus profundidades. Todo esto sumado a mis extensas vacaciones en la Casa del Ciclista me alejaron del plan original que era  llegar a la misma, descansar 2 o 3 días y seguir viaje.
Así luego de casi dos semana emprendí un nuevo camino hacia la selva, bajando al Puerto de Francisco de Orellana, o mas popularmente llamado “El Coca” donde me encontraría con la gente de la Comunidad. Allí también aprovecharía para seguir viaje hacia la frontera vía el Río Napo, para cerrar el capitulo Ecuador de manera un poco prematura, pero con un plan muy diferente al original. Cambié los km que me faltaban sobre la Cordillera por la navegación de los Ríos  algo que me alejo un poco del viaje en bicicleta, pero me regalo nuevos aprendizajes, días de descanso y juntar pilas para los próximos desafíos. Luego de remontar el Amazonas volveré duro al pedal para llenarme de cultura Andina en la Sierra Peruana y los altos Bolivianos.

Yasuní Kichwa Ecolodge

El Martes 17 por la mañana deje mi bicicleta en el cuartel Militar del Coca, donde el mayor Luis Larrea y su suboficial Gabriel Altamirano me permitieron descansar a mi llegada y donde descansaría por 3 días la cabrita. Hice un pequeño video que muestro a continuación con un pequeño resumen de lo que fue mi pasada por el Yasuní Ecolodge.

Ceibos centenarios en Parque Nacional Yasuní

Los 3 días transcurrieron con avistamiento de flora y fauna, senderos, remo de canoa en los brazos internos de la Reserva, comidas típicas (hasta gusanos de Chonta), amanecer con una Wayusada (hierba energizante natural) como lo hacían los ancestros y la comprensión de una cultura que no esta siendo solamente mantenida sino recuperada, mediante la comprensión de la misma como un capital invalorable de la comunidad, y para la cual debe hacerse un gran esfuerzo para mantenerla y pasarla de generación en generación.

A continuación pueden ver un pequeño video que edité sobre mi visita al Yasuní Kichwa Ecolodge...



Muy satisfecho emprendí camino de regreso al Coca para tomar mi bicicleta, subirla ya a uno de los barcos de Turno, y seguir camino hacia el pequeño poblado de Nuevo Rocafuerte, en la frontera con Perú  Sin dudas me quedo en deuda con Ecuador, pero volveré pronto, de eso estoy seguro. Los dejo con la siguiente reflexión:

"LA TIERRA NO LA RECIBIMOS EN HERENCIA DE NUESTROS PADRES, LA HEMOS TOMADO PRESTADA DE NUESTROS HIJOS"  

Los últimos pasos de Ecuador y los comienzos  de Perú  los describo en el especial “Un viaje x la Amazonia con bicicleta”, abrazos!!! 

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