Postal de bienvenida a Ecuador desde Tulcán
Este país
empezó con el final del anterior. Habiendo transitado los últimos 3 días de
paro agrario nacional en Colombia, a ultima hora del jueves 29 de Agosto, crucé el puente Internacional Rumichaca, y entré a la ciudad de Tulcán ubicado casi
sobre la frontera Ecuatoriana. Ya atardecía y llegué a la estación de mis amigos
los bomberos, cené, me pegué una de las mejores duchas calientes del viaje, y cerré la jornada en paz.
Al despertar regresé al ruedo e hice mis primeros buenos kilómetros en este país recorriendo 130 hasta la ciudad de Ibarra, donde descansé junto a la Laguna de Yahuarcocha. Allí ya estando un poco cansado decidí quedarme 2 días luego de la invitación de mi amigo Everth Trejo para recuperar el cuerpo en la Estación de Bomberos y seguir viaje. Para mi sorpresa, mi anfitrión Everth es entrenador de perros y amigos de mi paisano Jorge “El Bocha” Ceballos, que ya es conocido a nivel mundial por dar entrenamiento a perros de rescate. Debo decir que siempre es un orgullo escuchar buenas cosas de un paisano, en especial alguien a quien uno conoce personalmente.
Al despertar regresé al ruedo e hice mis primeros buenos kilómetros en este país recorriendo 130 hasta la ciudad de Ibarra, donde descansé junto a la Laguna de Yahuarcocha. Allí ya estando un poco cansado decidí quedarme 2 días luego de la invitación de mi amigo Everth Trejo para recuperar el cuerpo en la Estación de Bomberos y seguir viaje. Para mi sorpresa, mi anfitrión Everth es entrenador de perros y amigos de mi paisano Jorge “El Bocha” Ceballos, que ya es conocido a nivel mundial por dar entrenamiento a perros de rescate. Debo decir que siempre es un orgullo escuchar buenas cosas de un paisano, en especial alguien a quien uno conoce personalmente.
La cabra preparada para un poco de entrenamiento con los perros
Aproveché a
hacer algunas averiguaciones en cuanto a lugares para visitar y fuí alimentando
dudas de algunos itinerarios alternativos que ocupaban mi cabeza. También a
esta altura tenía decidido ir ganando terreno para sumarme a otros compas que
venían mas abajo, pero eso requería de mucho esfuerzo físico y pasar de largo lugares, por lo que iba
evaluando la situación poco a poco.
Luego de mi excelente descanso en Ibarra, pasé por la tradicional ciudad de Otavalo, donde todos los sábados acontece uno de los mercados de artesanías mas grandes del país Convencido de
que era una ciudad pequeña y dedicada a las artesanías, me llevé un poco una
sorpresa al ver una ciudad completamente desarrollada, y con artesanías que
incluían hasta bufandas del Fútbol Club Barcelona con una inscripción de
“Messi” en ellas. Si bien no era Sábado quería nutrirme un poco de la esencia
local, pero al estar de paso eso no podía percibirlo. No por esto desmerezco el progreso de la ciudad y hasta me alegro que lo sigan haciendo. Di una vuelta por la
plaza principal, luego la Plaza de los Ponchos y desde allí regrese a la
Panamericana para ir rumbo a Cayambe.
Allí esta
el reloj solar que hace de monumento a la Mitad del mundo (aunque hay otro
fuera de lugar mas cerca de Quito) atendido por la gente del proyecto Quitzato,
un emprendimiento de carácter académico dedicado al estudio astronómico de
generaciones anteriores. Ese día descansé en la ciudad de Cayambe, y luego hice
mi pasada por el monumento mencionado antes de ir hacia la ciudad de Tumbaco, a
unos 20 km de la ciudad de Quito. Un suburbio de casas de fin de semana que
poco a poco va volviéndose parte de la gran ciudad. A la altura del pueblo de
“El Quinche” me subí a una ruta
alternativa que recorre la antigua vía del tren. La misma se utiliza mucho para
el Mountain Bike, especialmente en el tramo cercano a la ciudad de Quito. La
misma me llevaría a Tumbaco, donde funciona la Casa del Ciclista de Santiago Lara.
La única data con la que no contaba era que no llovía hace varios meses y la
cantidad de tierra suelta en la ruta la hizo agotadora. Unos 30 cm de tierra
suelta hacia que en sectores se hunda la bicicleta en medio de la nada misma,
obligándome a caminar junto a ella hasta pasar ese tramo. Así se fuE sucediendo
la ruta hasta que mi fastidio me hizo entrar en razón, regresé en un cruce a la
Panamericana y previo sacudón de los kilos de tierra que me habían “empanizado”
el cuerpo, y una Coca Cola helada de litro, hice los últimos pasos y me ubiqué en la famosa Casa del Ciclista de Santiago Lara.
Antigua ruta del tren hacia Tumbaco desde "El Quinche"
Entendiendo a mi necesidad de
descansar y hacerle un service a mi queridisma Cabrita (mi bicicleta), me
entregué un poco a la situación familiar de la casa de Santiago Lara, donde
hace 23 años junto a sus dos hijas y esposa reciben a los cicloturistas del
mundo para compartir comidas, historias, anécdotas y mucho mas. Al principio
seguía en la rosca de moverme rápido, y hacia mis investigaciones diarias en
internet para ver como seguiría. Poco a poco fue llegando gente nueva, se iba
la vieja y quedé como anfitrión de la casa. Ese papel requería explicar las
reglas de la casa a los nuevos viajeros, ubicarlos e instantáneamente hacer
nuevas amistades. Así empecé a disfrutar mucho de recibir a la gente y de
formar parte de una familia que me había adoptado como uno mas.
De izq a der: Tincho, Juan Manuel, yo, Santiago Lara, Ana Lucia Lara, Irene, Mica Lara
Los días en Tumbaco se sucedieron entre
desayunos y almuerzos suculentos, y algún que otro asadito nocturno para
satisfacer el vicio Argentino que venía pidiendo auxilio hace rato. También tuve algunos encuentros fortuitos, en los cuales fui conociendo nueva gente que
motivaría mi cambio de planes. Andy (Escocia) volvía a las rutas luego de un
accidente donde quebró su clavícula, Tincho
e Irene (Argentina) comenzaban un nuevo viaje juntos hacia el Norte, mi amigo
Irlandés Billy me alcanzo y compartimos una visita a la ciudad de Quito y Kim
(Korea) junto a sus gemelos de 6 años hicieron su paso luego de comenzar su
4to año en ruta. Las charlas interminables ocuparon los días que parecían
pasar cada vez mas rápido.
Kim (Korea) y los gemelos, un encuentro fortuito y de gran aprendizaje
En una
reunión nocturna a la que fuí invitado por Ana Carolina (hija de Santiago) y su
novio Camilo, conocí a Santiago Salazar, un guía de ecoturismo especializado en
Avistamiento de Fauna. El me relaciono con la Comunidad Anangu, quienes
gerencian hace 23 años un proyecto de Turismo Comunitario llamado Napo
Wildlife Center, y hace unos 2 años comenzaron uno llamado Yasuní Ecolodge.
Esa semana tuve una entrevista con ellos y fui invitado a pasar 3 días en la
comunidad, aprendiendo sobre su cultura y conociendo la Selva desde sus
profundidades. Todo esto sumado a mis extensas vacaciones en la Casa del
Ciclista me alejaron del plan original que era llegar a la misma, descansar 2 o 3 días y
seguir viaje.
Así luego
de casi dos semana emprendí un nuevo camino hacia la selva, bajando al Puerto
de Francisco de Orellana, o mas popularmente llamado “El Coca” donde me
encontraría con la gente de la Comunidad. Allí también aprovecharía para seguir
viaje hacia la frontera vía el Río Napo, para cerrar el capitulo Ecuador de
manera un poco prematura, pero con un plan muy diferente al original. Cambié los km que me faltaban sobre la Cordillera por la navegación de los Ríos algo
que me alejo un poco del viaje en bicicleta, pero me regalo nuevos
aprendizajes, días de descanso y juntar pilas para los próximos desafíos. Luego
de remontar el Amazonas volveré duro al pedal para llenarme de cultura Andina
en la Sierra Peruana y los altos Bolivianos.
Yasuní Kichwa Ecolodge
El Martes
17 por la mañana deje mi bicicleta en el cuartel Militar del Coca, donde el
mayor Luis Larrea y su suboficial Gabriel Altamirano me permitieron descansar a
mi llegada y donde descansaría por 3 días la cabrita. Hice un pequeño video que
muestro a continuación con un pequeño resumen de lo que fue mi pasada por el
Yasuní Ecolodge.
Ceibos centenarios en Parque Nacional Yasuní
Los 3 días transcurrieron con avistamiento de flora y fauna, senderos, remo de canoa en
los brazos internos de la Reserva, comidas típicas (hasta gusanos de Chonta),
amanecer con una Wayusada (hierba energizante natural) como lo hacían los
ancestros y la comprensión de una cultura que no esta siendo solamente mantenida
sino recuperada, mediante la comprensión de la misma como un capital
invalorable de la comunidad, y para la cual debe hacerse un gran esfuerzo para
mantenerla y pasarla de generación en generación.
A continuación pueden ver un pequeño video que edité sobre mi visita al Yasuní Kichwa Ecolodge...
A continuación pueden ver un pequeño video que edité sobre mi visita al Yasuní Kichwa Ecolodge...
Muy
satisfecho emprendí camino de regreso al Coca para tomar mi bicicleta, subirla
ya a uno de los barcos de Turno, y seguir camino hacia el pequeño poblado de
Nuevo Rocafuerte, en la frontera con Perú Sin dudas me quedo en deuda con
Ecuador, pero volveré pronto, de eso estoy seguro. Los dejo con la siguiente reflexión:
"LA TIERRA NO LA RECIBIMOS EN HERENCIA DE NUESTROS PADRES, LA HEMOS TOMADO PRESTADA DE NUESTROS HIJOS"
"LA TIERRA NO LA RECIBIMOS EN HERENCIA DE NUESTROS PADRES, LA HEMOS TOMADO PRESTADA DE NUESTROS HIJOS"
Los últimos
pasos de Ecuador y los comienzos de Perú los describo en el especial “Un
viaje x la Amazonia con bicicleta”, abrazos!!!
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