El Salar de Uyuni y la ruta Sud Lipez son probablemente los dos hitos para cicloturismo mas legendarios de Bolivia, y hasta diría de Sudamérica. Habiendo leído millones de notas periodísticas acerca del lugar y siendo advertido de su belleza y rusticidad por todos los ciclistas que lo hayan visitado, estaba listo para emprender el viaje. Al llegar al pueblo de Uyuni descansamos una noche y terminamos de comprar lo que nos hacia falta para tamaño desafío. Acá les va el día a día de la pasada por El Salar de Uyuni y Sud Lipez.
Luego de
dormir una noche en el pueblo de Uyuni en lo de nuestros amigos del hostal Ciel
D’Uyuni, salimos a comprar las ultimas provisiones antes de zambullirnos en el
Salar. Imprimimos nuestra guía (la cual hemos actualizado y publicaremos en
breve) y salimos rumbo a Colchani, un pueblo cercano que es la base de salida
hacia el Salar y que esta ubicado a 23 km de Uyuni por camino de ripio. Se esta
construyendo un camino nuevo en este momento, por lo cual si aprovechas parte
del mismo, se hace mucho menos engorroso que por el camino principal que se
desgasta por el paso diario y constante de las camionetas 4 x 4 que hacen el
tour del Salar y Las lagunas.
Llegamos a
Colchani, nos tomamos los tradicionales mates del mediodía, y nos subimos a las
bicis para hacer los primeros 7 km hasta el Hotel de Sal, primer icono del
Salar. Decidimos disfrutar la tarde, hacer fotografía, y a descansar temprano
porque cuando cae la noche es mejor ya estar haciendo combustión de las
calorías dentro de la bolsa de dormir.
Fuimos advertidos
por los locales que las primeras camionetas llegarían a las 8 am, por lo que
teníamos tiempo de sobra para despertarnos, desayunar, y levantar campamento.
Cerca de las 6 am, llego la primera y cambio rotundamente nuestros planes.
Salimos a saludar, tanteamos el tema, y al parecer nuestra presencia no
molestaba en absoluto. En realidad todo lo contrario, al ver las bicicletas, la
gente preguntaba por la travesía y terminábamos saliendo en múltiples sesiones
fotográficas. Con cara de sueno nos preparamos la tradicional Avena, que en
este caso aderezamos con frutos secos y chocolate, una bomba de calorías
solamente apta para ciclistas. Aprovechando el temprano amanecer, salimos rumbo
a la Isla Incahuasi, disfrutando de la experiencia única e inigualable que es
pedalear sobre un salar. Pareciera que uno viene viajando sobre nieve,
adivinando el camino, y sorprendiéndose cada tanto con hoyos llenos de agua
cristalina bajo la densa superficie de Sal. Entre el equipamiento que se
requiere, no pueden faltar las gafas, ya que el sol quema durísimo y el
contraste con el blanco de la Sal puede ser letal para la visión.
En este
tramo se aprovecha a hacer las fotos en perspectiva, aprovechando el infinito
lienzo blanco que provee el Salar. La creatividad es todo, y no es raro
encontrar otros viajeros en el mismo plan, haciendo boberías de a kilo para que
la foto salga a la perfección. Un buen espacio para relajar la mente y tontear
todo lo posible e imaginable.
La llegada
a Isla Incahuasi es bastante interesante. En medio del Salar, sobre sale este
mojon de piedra cubierto por cactus y vegetación del desierto, dando espacio a
un Puerto de paso obligado en la travesia por el Salar. Se puede acampar donde
uno guste en sus afueras, o bien por 30 pesos bolivianos, hay uno refugio
especial para ciclistas donde hay colchones y abrigo para mayor comodidad. Lo
mas importante de Isla Incahuasi es la posibilidad de cargar agua de manera
constante, en especial para cocinar. Se debe tratar para tomarla, pero sigue
siendo una gran ventaja.
Disfrutamos
de unos buenos mates mirando el atardecer, y a descansar.
Día 3. Isla
Incahuasi - Tanil Vinto – Colcha – K –
San Juan del Rosario
Temprano
por la manana nos encontramos con unos compas ciclistas, Fred y Sophie, que
venían viajando desde Estados Unidos en unas bicicletas recostadas llamadas
“recumbent”. Con ellos emprendimos el camino hacia Tanil Vinto, primer poblado
al salir del Salar de Uyuni.
Desde la
Isla Incahuasi hasta Tanil Vinto hay 42km de un recorrido similar al del dia
anterior, y un dia epsectacular hizo al escenario muy fácil para pedalear.
Fuimos casi todo el camino intercambiando historias con Fred y Sophie, e
hicimos las mismas paradas para comer, descansar y compartir. En Tanil Vinto,
nos frenamos en la primer tienda a la izquierda sobre el camino, de una señora
muy amable que nos permitió descansar el sol, y donde nos tomamos una Coca Cola
Helada. El poblado ya entendió la constante afluencia de turistas, por lo que
ya pueden verse pequeños hostales y proveedurías.
Al Salir de
Tanil Vinto, nos subimos a un camino que todavía recorre un poco el Salar, pero
ya esta cubierto de vegetación. Cruzando grupos de Vicuñas a nuestro paso,
disfrutamos de una tarde espectacular. Al salir hacia la base militar de Colcha
– K, ya se empezó a complicar el terreno, y nos daba una pequeña muestra de lo
que nos esperaba. Ahí nos despedimos de nuestros amigos Franceses, y decidimos
acelerar para llegar en el día a San Juan del Rosario, un pueblo a 26 km de
donde estábamos. Seguimos la ruta, y con un viento tremendo de frente, llegamos
cerca de las 20hs a San Juan. Allí encontramos una despensa donde comprar
provisiones y luego pasamos por casa de Dona Caro, una Señora que estaba a
cargo del Hospedaje San Juan, y que luego de consultarle si podíamos poner la
carpa en su patio, nos invitó a quedarnos en una habitación, calentitos y
disfrutando de dormir en una cama. Gracias Dona Caro!!!
Día 4. San
Juan del Rosario – Chigüana - Lecho del
Rio (53km)
Arrancamos
con un tradicional desayuno de Avena dulce, y salimos a comprar provisiones
básicas y un poco de Carne de Llama, ya que el cuerpo ya nos lo estaba
pidiendo. Con un recorrido victorioso y sin contratiempos, volvimos a la ruta
camino a un refugio que nos marcaba la guía “Cycling Southwest Bolivia”. Entre
caminos de tierra y llamas emprendimos nuestro recorrido, encontrándonos
nuevamente con nuestros amigos de Francia que habíamos despedido el día
anterior. En un puesto militar intermedio en Chigüana, frenamos a almorzar, y
nos llevamos como obsequio algunos productos lácteos y verduras que nuestros
compas no podían llevar con ellos, ya que ellos se desviarían hacia Chile ese día.
Esos ítems nos ayudaron a hacer un delicioso Guiso de Carne de Llama, que nos dejó
listos para la almohada, en un sitio espectacular en medio de la montaña,
mirando a un lado el Salar y al otro lado el volcán Ollagüe.
Un lugar increíble nos despidió por la mañana
para ir hacia nuestro destino del día, la Laguna Hedionda. Con caminos cada vez
más duros pero paisajes más radicales, pedaleamos lento y sostenido por cañadas,
montañas, desierto y finalmente nos recibió la Laguna Cañapa donde hicimos la
parada técnica para comer y descansar. La Laguna Cañapa fue la primer laguna en
Altura de nuestro viaje, impactante por donde se la mire. En mi caso personal,
fue donde vi los primeros flamencos del viaje, animal que yo solamente había visto
en un zoológico. Un pájaro de un color rosa intenso que contrasta con los colores de la laguna, los
verdes de la vegetación que rodea la misma, y los colores de la tierra en las
montañas. Seguimos sumando postales en nuestros recuerdos y cerramos un día
espectacular en el Hotel del Desierto, donde Moises desde la empresa Senda
Andina nos dio refugio por la noche. Cierre impecable para un día excelente.
El día nos
despertó con un Sol prendido fuego y la ruta lista para nosotros. El día más
duro que hayamos tenido hasta el momento, nos tuvo todo el día caminando al
lado de las bicis, haciendo cortos trayectos de pedaleo ya que el camino estaba
completamente gastado por el paso de las 4 x 4, y por la erosión misma del
viento y la arena. A mitad del día encontramos un pequeño refugio que nos permitió
recargar pilas y descansar del sol para emprender camino hacia el Hotel del
Desierto.
Al llegar
al cartel que indica la entrada al Hotel del Desierto nos encontramos con
Stefan y Melinda, una pareja de Suizos que venían pedaleando el camino con sus
dos hijos Jael (4) y Leandro (2). Nos regaló un gran baño de modestia, ya que
su esfuerzo era superior al nuestro y nosotros ya lo creíamos lo
suficientemente duro. Fuimos juntos hacia el Hotel del Desierto, donde nos
permitieron poner las carpas dentro de unas habitaciones que están siendo construidas,
que sirvieron de reparo perfecto del viento, cosa no menor cuando la
temperatura es de -15 grados centígrados por la noche. Cargamos agua de la
vertiente que alimenta el hotel, preparamos la cena y a dormir!!!
Luego de
una fría noche, despertamos y comenzamos a hacer nuestro desayuno.
Probablemente motivados por la presencia de los niños, el encargado del hotel
se acercó a invitarnos a desayunar. Engañado por la multiplicidad de sabores,
comí un desayuno delicioso pero quizás no suficiente para el camino que nos
esperaba. Al igual que el día anterior pero con un viento en contra bastante
importante, nos fue casi imposible
pedalear el camino y nuevamente debimos caminar con nuestras bicicletas al
lado. Llegamos en horas de la tarde a la zona de “Árbol de Piedra”, donde el
Guardaparques Domingo nos indicó el mejor lugar donde armar la carpa para salir
del viento que sopla bastante duro por la noche. Luego de un día duro, una buena comilona del
tradicional arroz con atún, y a dormir la mona.
Día 8. Árbol
de Piedra – Laguna Colorada, zona de Huaylla Jara (29km)
Siempre te
dicen que hace frio, pero no lo sabes hasta que te despertas y hay estalactitas
de hielo cayendo del sobretecho de la carpa, eso es frio!!! Luego de las
tradicionales fotos en Árbol de Piedra salimos rumbo a la Laguna Colorada en la
misma dinámica que los días anteriores. Camino arenoso, sorteando por cual ir,
múltiples vías en condiciones similares, y tratando de mantener la mente fuerte
para no aflojar. Finalmente llegamos a la Laguna Colorada, donde nos ubicamos
en el Sector de Huaylla Jara, una zona nueva que se está desarrollando a unos
10km de la entrada a la Reserva y alejado de la laguna para cuidarla de los
residuos. Allí nuestro amigo de Roberto del Hospedaje Altiplano nos alojó junto
a todos los que vienen en los tours en Camioneta. Un buen cierre para un día
duro.
Una sorpresa: Siempre podes encontrarte gente,
pero encontrarte un Argentino en un refugio de Laguna Colorada, en bici, y que
conoce a tus amigos, es mucha coincidencia!!! Andrés Barbagelata está
recorriendo Sudamérica hace 7 años en una dinámica lenta, suave y exploratoria. Amigo de mi amigo personal
Rolo Bonamici, nos tomamos unos mates compartiendo historias y nos deseamos suerte
para el resto del recorrido. Ojala nos encontremos más adelante. Desde acá todo
el power para el resto del camino!!!
Día 9.
Laguna Colorada – Unión de las rutas (15km)
Definitivamente
un día clave en nuestro viaje. Luego de desayunar como bestias salimos a la
ruta donde a las 9am ya estaba soplando un viento imposible. La resistencia
para que el viento no te volteara hacia un lado, hacía que cuando se corte la
ráfaga te caigas para el otro. Nos tocó seguir caminando como campeones y
seguir manteniendo la mente fresca y firme, ya que el cansancio y la dureza del
camino se estaban empezando a acumular en una mezcla letal. Nos indicaron un
camino que suponía mejorar las condiciones, pero que al final nos terminó sacando
de la ruta. Al intentar regresar al
camino original, pasamos largas horas paseando nuestras cargadas bicicletas por
el ripio, cruzando cañones, hasta llegar
a uno de ellos cuya profundidad nos hizo desistir de pasar y no nos permitió
seguir con el plan. Agotados física y mentalmente por el viento que no quería parar
de soplar tuvimos que decidir sobre nuestra suerte. Como el Cañón no nos permitía
cruzar al camino, debíamos volver a bajar todo lo subido para encontrar una
zona más accesible para cruzar. Si seguíamos hacia arriba, el Cañón se hacía más
profundo y solo un milagro nos permitiría cruzar. Sumado a esto los 4600 metros
de altura no nos ayudaban para empujar las bicicletas por el ripio cuesta
arriba. Cada bocanada de aire costaba más que la anterior y la frecuencia
cardiaca parecía un motor pistoneando. Finalmente decidimos ir hacia abajo, muy
a nuestro pesar y sabiendo que el día se nos había escapado. Encontramos donde
acampar, cenamos y a descansar.
Día 10.
Unión de las Rutas – Sol de Mañana - Laguna Chalviri (42km)
Con la mente y el cuerpo más frescos que el día anterior, comenzamos a subir lentamente por el camino hacia los Geysers, en la zona de Sol de Mañana, punto más alto del recorrido (4926msnm). El camino nos permitió pedalear, algo que aunque forzado por la subida y la altura, nos reconfortaba mucho. Llevábamos varios días luchando con el viento y el camino de arena, asique subirse a la bicicleta era casi un privilegio a esta altura. A llegar a los Geysers nos bajamos de la bici y aprovechamos para ver todo ese trabajo geotérmico a casi 5000msnm, el cual incluía piletas con barro y minerales hirviendo a cientos de grados centígrados. Tanto las fumarolas como los colores son un espectáculo para no perder.
Contentos
con el avistamiento y listos para un poco de bajada y mejores temperaturas,
seguimos viaje hacia la Laguna Chalviri, a 4400 msnm, donde un baño termal nos
esperaba y nos venía haciendo bastante falta. Un poco pasado el mediodía ya
habíamos llegado, y para nuestra fortuna, la pileta con aguas termales estaba
lista y toda disponible para nosotros solos. Sin dudar demasiado fuimos derecho
a la misma, relajando los desgastados cuerpos que ya acarrean módicos 10 días
de todo este recorrido. Nos quedamos con el amigo Eusebio, del hostal EFAMES.
El y su familia, han terminado este año un hostal donde recibían a gente de los
tours en camioneta, y algún que otro ciclista en nuestras condiciones. Es un
buen lugar para hacer un día de descanso, con baño termal incluido.
Hora de
cerrar este ciclo y seguir viaje, armamos las bicis y seguimos al sur. Nos
quedaban unos 40 km hasta las Lagunas Blanca y Verde donde en teoría había una
zona con alojamientos y tiendas. Al
llegar hicimos un poco de fotografía, y encaramos el cierre de esta etapa, con
una felicidad que se nos salía del cuerpo. Habíamos terminado una etapa
importante del viaje, y estábamos a tan solo 130 km de la frontera con nuestra
tierra. Ya no están más habilitadas las despensas en Laguna Verde, sino que
frente a la oficina de entrada al Parque hay un Hostal que vende algunas cosas
muy básicas para alimentación y demás. Allí compramos lo último con nuestros
últimos pesos bolivianos y salimos rumbo al puesto de migraciones, a tan solo
6km de la entrada a la Reserva. Armamos campamento en la casilla frente a
migraciones y a descansar.
Día 12.
Hito Cajones (frontera Bolivia/Chile) – Paso de Jama (frontera Chile/Argentina)
Luego de
una de las noches más frías del viaje,
preparamos las cosas y nos decidimos a salir. En eso llega una camioneta
que haría uso de la casilla donde frenamos para desayunar. Una pareja de
Españoles,José Maria y Maravillas, se nos acercan para indagar sobre el viaje y terminamos
compartiendo unos cafés y charlando a lo bobo por un buen rato. Nos obsequiaron
una cantidad enorme de snacks para el camino, lo cual fue casi de un cuento de
hadas, porque no nos quedaba ni un bollo de pan para llevar, y con seguridad
deberíamos para a cocinar un poco codiciado pero llenador “arrocito con algo”.
Hicimos 125 km hasta Jama, con algo de desnivel, pero que con pavimento y
viento de cola se hizo más que llevadero. Llegamos a Jama con un nivel de
felicidad que se nos salía el corazón por la boca, no hay palabras para
describir nuestra felicidad al llegar a ese cartel que dice “BIENVENIDO A ARGENTINA”.
Todavía quedan más de 5000 km para terminar el viaje, pero yo ya siento que
llegué a casa.
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